El año en que el terremoto de Internet sacudió los kioskos de prensa y las tiendas de discos

Miguel Máiquez, 16/05/2009

Han desaparecido los vendedores de enciclopedias, los atlas están prácticamente condenados a caras ediciones de lujo, los diccionarios y los callejeros acumulan polvo en las estanterías, los únicos que envían cartas son ya los bancos y los románticos, los apuntes de la Universidad no se fotocopian, se descargan; al teléfono tradicional podrían quedarle dos telediarios, cada vez es más difícil comprar una entrada para un concierto en algún sitio que no sea online y las llamadas redes sociales enganchan a millones de personas que pasan más tiempo exponiéndose, relacionándose y compartiendo su vida frente a la pantalla de un ordenador que en la barra de un bar.

Son sólo algunos de los efectos que, en apenas dos décadas, ha causado una revolución que, algún día, los libros de historia (si es que aún existen libros) colocarán probablemente a la altura de la agrícola o la industrial: la revolución de Internet. De momento, eso sí, sólo en el primer mundo.

Este domingo se celebra un nuevo Día de Internet, tras un año en el que todos estos cambios se han ido consolidando de manera imparable.

Ninguno de ellos, no obstante, parece haber tenido tantos efectos, económicos y sociales, como los que se han producido y se avecinan en dos campos muy concretos: la música (también el cine, pero aún de un modo menos masivo) y la prensa.

Ambas crisis vienen fraguándose desde hace tiempo, pero, con la recesión económica, han empezado a ser mucho más evidentes en el último año, dando lugar a todo tipo de reacciones, incluyendo renovarse, morir e intentar ponerle puertas al campo con nuevas leyes o intentos de regulación.

¿Hasta dónde va a llegar la llamada sociedad 2.0? ¿O es ya la 3.0? ¿Se van a acabar los periódicos? ¿Se van a acabar los los cedés? ¿Se van a morir de hambre los periodistas y los músicos o acabará imponiéndose otra manera de hacer periodismo y otra manera de comercializar la música?

Desde las últimas leyes contra la llamada piratería hasta las nuevas formas de hacer y vender periódicos, éstos son los datos, las claves, los casos más relevantes y lo que se avecina.

EL NUEVO ORDEN PERIODÍSTICO

1. LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO

La paradoja

En un artículo publicado recientemente en el diario El País, John Carlin señalaba que «nunca ha habido una mejor época para hacer periodismo escrito, y nunca ha habido una peor para ganarse la vida ejerciéndolo; hay más mercado que nunca, pero menos ingresos».

Reacción tardía

Pese a que han pasado ya más de dos décadas desde que se empezó a extender el uso de la red, la mayoría de los periódicos de papel siguen siendo prácticamente iguales, y tan sólo desde hace un par de años han empezado a tomarse en serio la apuesta por sus ediciones digitales.

Finalmente, se han visto empujados por dos hechos incuestionables: por un lado, Internet gana lectores cada día mientras que la prensa en papel los pierde; por otro, la escasa publicidad de los actuales tiempos de crisis económica empieza a emigrar de un modo irreversible del papel a la web.

Transición difícil

El problema es que la mayoría de los diarios no han encontrado aún el modo de rentabilizar toda esta migración de lectores, en un momento, además, en que la publicidad en Internet no genera todavía los ingresos suficientes, y en que la cultura de la gratuidad extendida ya en la Red hace muy difícil volver a modelos de periódicos online de pago.

Otro tipo de lector

Los lectores en Internet no se informan igual que los de papel. Beben de muchas fuentes, van a lo que les interesa, no existen las mismas fidelidades a los medios. Y las empresas que ponen publicidad lo saben: Google acapara el 25% de toda la publicidad en la Red.

Más mirar que leer

Andrew Currah, académico de la universidad de Oxford especializado en la economía digital y el futuro de Internet, ha indicado que «los avances tecnológicos están modelando un nuevo consumidor de noticias más acostumbrado a mirar que a leer, algo a lo que deben responder los medios –sobre todo escritos– si no quieren desaparecer, arrastrados también por la caída de la publicidad».

2. LOS DATOS CANTAN

  • Internet es ya la segunda fuente de información más consultada entre los ciudadanos de Estados Unidos, por detrás tan sólo de la televisión y por delante de la prensa escrita. El 60% de los menores de 30 años de este país prefiere ya Internet a la televisión. Son datos del Pew Research Center.
  • Según un informe de Rasmussen, el número de los que consideran al papel como el medio más importante para informarse se ha reducido a sólo el 35% en EE UU.
  • En 2008 el 40% de los estadounidenses se informó sobre asuntos nacionales e internacionales a través de Internet (en 2007, el 24%).
  • Este año The Wall Street Journal era el único de los grandes diarios estadounidenses que tenía previsto crecer en plantilla. En la mayoría de los demás, incluyendo The New York Times y The Washington Post, hay recortes y despidos.
  • La empresa editora del Chicago Tribune y Los Angeles Times se declaró en bancarrota (Los Angeles Times es ya el primer diario que, según su editor, se financia por completo mediante ingresos por publicidad online, aunque para ello ha tenido que reducir su plantilla.
  • The Christian Science Monitor, de Boston, ha dejado de publicarse en papel. Ya sólo tiene edición digital. Lo mismo The Seattle Post-Intelligencer, que apagó sus rotativas tras 146 años.
  • En España, y a pesar de que también han bajado las ventas de los periódicos de pago, la reducción de la publicidad es el principal problema, con descensos de hasta el 20% en algunas cabeceras.
  • Según el Libro Blanco de la Prensa Diaria de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE), los ingresos de las empresas españolas de prensa diaria descendieron en 2008 un 8,11% (de 2.931 a 2.694 millones de euros).
  • Los medios estadounidenses han perdido un 25% de su publicidad en los dos últimos años.
  • Según un informe de la consultora ZenithOptimedia, los diarios, que en 2007 suponían el 27,1% del total de inversión publicitaria en el mundo, bajarán al 23,8% este año y al 21,2% en 2011.
  • Desde el 1 de enero de 2007, las acciones de The New York Times han perdido el 71% de su valor. La empresa editora ha tenido que poner en venta el rascacielos de su sede.
  • Las ediciones digitales de los 10 diarios estadounidenses más importantes tenían en 2008 40 millones de lectores (el 16% más que el año anterior). En cabeza, la edición online de The New York Times, con 18,2 millones de usuarios (un 6% más).
  • Liberation, el periódico francés nacido del Mayo del 68, ha tenido que dejarse comprar por los banqueros Rothschild.
  • El grupo de prensa Hearst Corporation anunció el pasado 25 de febrero un drástico recorte de la plantilla del San Francisco Chronicle para evitar el cierre del principal diario de la ciudad californiana.
  • Tres de los diez primeros diarios británicos, según informó La Gaceta de los Negocios, perdieron entre mayo y noviembre de 2008 el 8% de sus ventas. Otros dos han perdido más del 5%.
  • En España, los lectores de las ediciones digitales de los diarios alcanzaron en 2008 los 6,4 millones, casi el 48% de los 14 millones de lectores de prensa escrita.
  • Un informe de Arce Media, citado también por La Gaceta de los Negocios, señala que mientras que Internet ganó el año pasado 22 millones de euros de inversión, la prensa escrita perdió 262 millones, y el conjunto de los medios, 636 millones, casi 30 veces más que la suma ganada por la Red.
  • En España ha habido, según los cálculos más moderados, más de 1.000 despidos en la prensa en el último año. En EE UU más de 10.000 periodistas han perdido su trabajo desde 2002.

3. ALGUNAS REACCIONES

  • En Francia, el presidente, Nicolas Sarkozy, anunció que se duplicará el gasto público en publicidad para periódicos como una de las medidas de un plan de 600 millones de euros para ayudar al sector.
  • La Asociación de Editores de Diarios Españoles, AEDE, ha pedido ayudas al Gobierno español, y la la Asociación Española de Editoriales de Publicaciones Periódicas (AEEPP) ha solicitado que se baje el IVA de la publicidad y se impulse un plan de fomento de la lectura.
  • Prisa ha pedido al Ejecutivo la implantación de un IVA cero para los periódicos.
  • The Guardian Media Group, editor de los periódicos británicos The Guardian y su hermano The Observer, ha invertido unos 1.000 millones de libras entre 2001 y 2008 en contenidos digitales y en una redacción multimedia.
  • El pasado mes de febrero, la revista Time apostaba en un reportaje titulado «Cómo salvar tu periódico» por un nuevo modelo a medio camino entre las antiguas sucripciones completas a los diarios online y la gratuidad total que impera actualmente, y que en muchos casos resulta incompatible con los gastos que genera realizar una información propia de calidad (enviar corresponsales para no depender de las agencias, por ejemplo). Se trataría de que el lector realizase, al modo de iTunes, micropagos por piezas sueltas (tan sólo unos céntimos), y que estos pudiesen llevarse a cabo de forma sencilla, segura, cómoda y rápida.

4. EL FUTURO

Otra forma de hacer periódicos

Casi todos los grandes periódicos están intentando adaptarse al nuevo panorama, con mayor o menor éxito, impulsando al máximo sus contenidos en Internet y evolucionando hacia modelos diferentes, más acordes con lo que consideran que demanda el mercado (las audiencias en Internet se pueden medir de forma inmediata).

Así, presentan contenidos más variados y flexibles (de hecho, muchos prefieren hablar ya de «portales» o «generadores de contenidos» en lugar de periódicos), que incluyen no sólo noticias tradicionales, sino también todo tipo de servicios, retransmisiones en directo, mucha interactividad con los lectores (el llamado «periodismo ciudadano»), redes sociales, foros, comunidades, blogs, integración máxima de elementos audiovisuales como vídeos o podcasts (contenidos de audio), etc.

Pros y contras

Esta renovación puede presentar en el futuro grandes oportunidades para los medios, con audiencias millonarias y mucho menores gastos de produción que los que conllevan los periódicos en papel.

Entre los riesgos que estos cambios suponen destaca, no obstante, el peligro de que se acabe produciendo una banalización de la información. En este sentido, está más vivo que nunca el viejo debate sobre hasta qué punto los periodistas deben satisfacer la demanda del público mayoritario, o de si la calidad de la prensa descansa en el periodismo profesional o cualquiera puede ser periodista.

Por un lado, Internet ha democratizado la información y ha conseguido eludir en muchos casos tanto situaciones de censura como los intereses de las grandes corporaciones mediáticas. Es la labor que a diario realizan los bloggers y los portales independientes de noticias.

Por otra parte, sin embargo, la red ha hecho más difícil comprobar la veracidad de muchas noticias y ha generalizado la elaboración de informaciones en los que los medios se copian entre sí (muchas veces sin citarse), con la consiguiente reducción de información propia o de investigación, unida a una mayor dependencia de las mega-agencias de noticias y los gigantes mediáticos.

Otro punto polémico tiene que ver con el aprovechamiento que algunas empresas de medios de comunicación estarían haciendo de la actual situación de cambio y crisis económica para justificar ajustes y solucionar, de este modo, problemas cuyo origen no sería tanto la revolución digital como la apuesta que hicieron en el pasado por el poder financiero, cuando adquirieron enormes deudas para seguir creciendo.

Periodistas multiusos

El mismo concepto de periodista también está cambiando. Del redactor especializado que se limitaba a escribir, a aparecer en televisión o a informar por la radio, o el fotógrafo que se limitaba a hacer fotos, se está pasando a una integración de funciones en las que una misma persona acaba escribiendo para varios formatos, haciendo fotos y grabando vídeos o audios.

EL NUEVO ORDEN MUSICAL

1. LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO

La paradoja

La música digital es el fenómeno cultural más consumido en el mundo. Las nuevas generaciones de consumidores prefieren los formatos digitales tipo mp3 a los discos compactos. Según datos de la Federación Internacional de Productores Fonográficos (IFPI), 2008 fue el sexto año consecutivo en el que este sector crecía (un 25%), con unas ganancias totales de 3.700 millones de dólares. Y, sin embargo, las industrias discográficas aseguran que se están arruinando.

Las causas

La crisis de la industria de la música puede interpretarse de tres maneras:

  1. La revolución digital y el desarrollo de los sistemas de intercambios de archivos en las redes P2P han extendido las ventas ilegales (‘top manta’) y la llamada piratería en Internet, con lo que la gente consume música sin pagar por ella o pagando menos.
  2. El sector no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y trata de sobrevivir con modelos anclados en el pasado en lugar de apostar por vías alternativas.
  3. Una combinación de las dos anteriores.

A la carta

En cualquier caso, el modo de escuchar y conseguir música ha cambiado y seguirá haciéndolo, gracias a los formatos digitales, a las descargas en Internet (pagando o no) y a través de los móviles, a los portales online de música gratis en streaming y al desarrollo de reproductores de mp3 como el iPod.

Se compran, se consiguen o simplemente se escuchan canciones sueltas y no tanto álbumes completos. Y, con la excepción de la televisión, fenómenos como las redes sociales, YouTube o MySpace empiezan a tener más peso a la hora de configurar la demanda y los gustos que la promoción realizada a la manera tradicional por las casas discográficas o las radios.

2. LOS DATOS CANTAN

  • En 2008, los españoles se gastaron en discos casi un 12,5% menos que en 2007, una trayectoria a la baja que se manifiesta ya por octavo año consecutivo, según datos de Promusicae, la asociación de los productores de música. El gasto en 2008 fue de 225, 2 millones de euros, 32 millones menos que el año anterior.
  • El valor de las ventas del sector de la industria musical ha bajado un 60% desde 2001, según la consultora GfK.
  • Según cifras de la Alianza Internacional de la Propiedad Intelectual (IIPA), la industria del entretenimiento perdió en España 637,4 millones de dólares en 2008 debido a la llamada piratería y más de 1.000 millones en 2007.
  • El 67% de los internautas españoles, unos 8,77 millones, admite bajarse contenidos de la red no autorizados y en 2008 se descargaron casi 2.000 millones de canciones de este modo, frente a los 2,2 millones que se compraron.
  • Entre los menores de 24 años, el 81% reconoce descargar sin autorización contenidos de Internet con programas P2P.
  • China es el país con mayor porcentaje de internautas ‑el 99%- que realizan descargas no autorizadas de forma regular. España encabeza la lista en Europa, con un 35%. Son datos del Informe de Música Digital 2008 dela IFPI.
  • En 2007, la venta de música en Internet y a través de canales móviles alcanzó los 1.970 millones de euros (539 millones más que en el ejercicio anterior), lo que supone el 15% del negocio discográfico, que en 2006 era del 11% y era inexistente en 2003.

3. ALGUNAS REACCIONES

  • Francia aprobó esta misma semana una controvertida ley contra la denominada piratería en Internet, que prevé cortar el acceso a la Red a los internautas reincidentes que se descarguen de forma ilegal archivos sometidos a derechos de autor. La ley prevé un dispositivo progresivo de sanciones: primero se enviará una advertencia por Internet; seguirá una segunda por carta certificada, y a la tercera caerá la sanción, que puede ir desde los seis meses a los dos años de suspensión del acceso a Internet (sin dejar de pagar).
  • En España, la reforma realizada en 2006 de la Ley de la Propiedad Intelectual estableció un polémico canon para las copias privadas y los soportes digitales, con el objetivo de compensar a los artistas por las pérdidas que sufren a causa de las descargas en Internet y las ventas en los ‘top manta’.
  • El Ministerio de Cultura puso en marcha a principios de año la campaña «Si eres legal, eres legal», para combatir la llamada piratería concienciando a los usuarios. El hecho de que se criminalizase las descargas P2P (en España no es delito penal) encendió las críticas de los internautas.
  • La campaña contra la llamada piratería la encabeza en España la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
  • Los operadores de telefonía e Internet y la SGAE han planteado la creación de «un superportal» de contenidos digitales a «precios asequibles», adaptados a la realidad de la Red, así como la definición de tres niveles de usuarios (según contribuyan más o menos) a la hora de combatir las descargas no autorizadas desde Internet.

4. EL FUTURO

No retorno

La mayoria de los expertos y de los representantes de los sectores afectados por la revolución digital en la música coinciden en señalar que la cosa tiene ya una difícil vuelta atrás.

Por más que intenten regularse los mercados o crear leyes nuevas, el continuo avance de la tecnología hace posible que cada restricción o intento de control sea ‘burlado’ al poco tiempo, en un marco de alegalidad suficiente como para que sobreviva lo necesario.

Y no se trata sólo de un cambio de formato, como en el caso del paso del vinilo al cedé, o del VHS al DVD, o como ocurrió con la desaparición de las cassettes. Se trata de una nueva forma de consumo.

Nuevas formas de vender música

Ante este panorama, no faltan quienes, sin más, dan por muerto al sector, al igual que han ido muriendo a lo largo de la historia otros sectores económicos tradicionales. Otros, sin embargo, barajan aún diversas opciones de supervivencia:

  • Seguir presionando más por la vía legal, tratando de incrementar las multas y sanciones, o de conseguir leyes más restrictivas.
  • Seguir apostando por campañas de concienciación, pero planteándose nuevos tonos y mensajes, más eficaces que los llevados a cabo hasta ahora.
  • Intentar competir con precios más bajos en Internet, ofreciendo a la vez más seguridad y mejores contenidos, capaces de resultar lo suficientemente atractivos para el público.
  • Plantearse el actual reparto de los derechos de autor (a muchos usuarios no les importaría pagar si les garantizasen que su dinero va a su artista favorito, en lugar de a un lote que luego se reparte proporcionalmente de acuerdo con otros criterios).
  • Apostar definitivamente, como alternativa principal, por los ingresos que genera la música en directo.

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