Anaïs
Con qué ternura acaricias mi cabello, con qué entrega absoluta reposo mi cabeza en tu hombro desnudo. La casa nos protege de la noche oscura y la cama nos adentra dulcemente en el océano de lo que somos, de lo que sueño que seamos… Me embriago en el perfume exótico de tu piel, en el … Anaïs