Cajas de ahorros: el final de un modelo financiero diferente

Miguel Máiquez, 30/01/2011

Se buscan 20.000 millones de euros. Y cuanto antes, mejor. Es la cantidad que tendrán que captar las cajas de ahorros españolas en los próximos meses si no quieren ser intervenidas por el Gobierno; la cantidad que les permitiría subir hasta el 9% (o incluso el 10%) su capital básico y cumplir así las nuevas exigencias anunciadas esta semana por el Ejecutivo.

Se trata de la tercera gran reforma emprendida por el Gobierno en tan sólo unos meses. La crisis, la deuda y la presión de los mercados internacionales han ido marcando el paso: Primero, la reforma laboral y las medidas de austeridad; después, la reforma de las pensiones; ahora, la reforma del sistema financiero.

El anuncio ha sido recibido de manera dispar, atendiendo sobre todo al signo político de los dirigentes de las cajas más afectadas, algo lógico teniendo en cuenta que se trata de entidades intensamente politizadas. En cualquier caso, la medida supone estrés, pero también alivio. Según se mire. Porque lo que está haciendo el Gobierno es abrir una puerta a la nacionalización de las cajas con más problemas. El precio es que ya no seguirán siendo lo que eran.

El objetivo del Ministerio que dirige Elena Salgado es fortalecer el nivel de solvencia de la banca para recuperar la confianza de los inversores internacionales y que el crédito vuelva a fluir con normalidad hacia nuestra economía. La medida afecta también a los bancos (cuyo capital mínimo deberá ser del 8%, un punto menos), pero son las cajas, muy castigadas por el reventón de una de las mayores burbujas inmobiliarias del mundo, las que más problemas tendrán para responder.

La solución más obvia pasa por una reconversión esencial: Muchas cajas tendrán que traspasar su negocio a un banco (‘bancarizarse’) para que las pueda intervenir el Estado y recibir así dinero público (el Gobierno ya les allanó el camino para ello al reformar la ley el año pasado). La cuestión es que, cuando lo hagan, ¿qué pasará con el cerca del 25% de los ingresos que estas entidades dedican actualmente a obra social?

Para bien o para mal, el particular modelo financiero de las cajas de ahorros (fundaciones sin ánimo de lucro, con una importante acción social y que no cotizan en bolsa), puede tener sus días contados.

¿Cómo son las cajas españolas? ¿En qué se diferencias de los bancos? ¿Cuánto dinero manejan? ¿Quiénes las controlan? ¿En qué situación se encuentran y por qué? ¿Cómo les van a afectar las medidas del Gobierno? ¿Cómo afectarán estas medidas al ciudadano? Las claves, en 25 preguntas y respuestas.

1. ¿Qué ha decidido el Gobierno?

El Ejecutivo anunció el lunes que va a exigir a las cajas de ahorro que aumenten la reserva de capital con el que cubren los activos con riesgo. Esta reserva es el llamado core capital, una especie de salvavidas o ‘colchón’ financiero. Se mide mediante un porcentaje referido a la relación entre los fondos de los que la entidad puede disponer de forma inmediata y sin riesgo, y el valor de los activos considerados de riesgo.

Las medidas se concretarán en un decreto ley que será aprobado en febrero.

2. ¿Qué les va a exigir?

Un mínimo del 8% para todo el sistema bancario, aunque en el caso de las cajas el porcentaje será de entre un 9% y un 10%. La razón de esta diferencia, según explicó la ministra de Economía, Elena Salgado, es que, al tratarse de entidades no cotizadas, las cajas de ahorros podrían necesitar un capital mayor.

3. ¿De cuánto dinero se trata?

Según la ministra, las entidades necesitan 20.000 millones de euros. No obstante, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dicho que no le «resulta extraña» la cifra de 26.000 euros.
Los analistas estadounidenses de Merrill Lynch, por su parte, cifran en 42.800 millones las necesidades de capital para resistir una situación de tensión como la actual.

4. ¿Está obligado el Gobierno a exigir más solvencia?

Sí. El Acuerdo Internacional Basilea III ha redefinido el concepto de core capital para todas las entidades del mundo. No obstante, esta normativa no es aplicable hasta 2013. El Gobierno español se ha adelantado y, además, ha aumentado el mínimo exigido por el Acuerdo, que es de un 7%. España será uno de los países que más nivel de solvencia exija a sus entidades financieras.

5. ¿Por qué lo ha hecho?

El Gobierno pretende devolver la confianza a los mercados, que siguen mirando con lupa a las cajas de ahorro españolas, asfixiadas por la falta de liquidez y por la resaca de la explosión de la burbuja inmobiliaria.

6. ¿Cuántas cajas llegan ahora al nivel de solvencia?

De aprobarse finalmente el mencionado 9%, y según informa RTVE, sólo cinco: Unicaja, la más solvente, cuyo core capital está en un 13, 4%; la guipuzcoana Kutxa, con un 12,5%; BBK (que se fundió con Caja Sur), con un 12%; Caja Vital, con el 11,6 %; y la pequeña Caixa Pollença, con un 11%.

7. ¿Cuáles están cerca?

La Caixa tiene el 8,7%; Ibercaja, un 8,5%, y Ontiyent, el 8,01%. Por encima del 8% se encuentran también la alianzas de Banca Cívica, de la CAM y Cajastur y de Mare Nostrum.

8. ¿Cuáles están peor?

No llegan al 8 % ni la entidad encabezada por Caja Madrid y Bancaja, ni las fusiones tradicionales de Unimm, CatalunyaCaixa, Novacaixagalicia, o la castellanoleonesa Caja Duero — Caja España.

9. ¿Y los bancos?

Todos superarían las exigencias del Gobierno, a excepción del Banco Sabadell, que se quedaría a un paso con los datos de septiembre de 2010 (7,84%), y Bankinter, que sería el principal perjudicado, con un core capital del 6,6% en esa misma fecha.

10. ¿Por qué están tan mal las cajas?

Durante el boom inmobiliario las cajas prestaron fondos sin límite, hasta que, a finales de 2008, el sector se hundió. La crisis les afectó el doble que a los bancos.

El temor a que la cajas no pudieran financiarse en los mercados, entre otros factores, llevó el pasado mes de diciembre a la agencia Moody’s a poner la calificación (rating) de España en revisión para una posible rebaja.

11. ¿Hasta cuándo tienen de plazo para cumplir las exigencias?

En principio, hasta septiembre de este año, cuando el Banco de España evaluará el cumplimiento de los requisitos y determinará cuáles son las entidades que no tienen perspectivas razonables de captación de capital. No obstante, el Ministerio de Economía indicó este domingo que las cajas de ahorro podrán ser recapitalizadas desde marzo, sin esperar al otoño.

«El plazo máximo es septiembre, pero se pueden hacer operaciones antes si así lo piden» las entidades afectadas, explicó Ministerio. Economía confirmaba así la información publicada por El País, según la cual el Gobierno ha decidido acelerar la nacionalización parcial de las entidades financieras más débiles para evitar que aquellas cajas que no consigan recapitalizarse con inversiones privadas se queden en situación precaria durante ocho meses.

12. ¿Qué pasa si no las cumplen?

Si no las cumplen (es decir, si se demuestra que no han sido capaces de encontrar dinero por sus propios medios), entonces el Estado intervendrá, y lo hará inyectando dinero público a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria).

En la práctica, esta medida supone la nacionalización temporal (Salgado especificó que la ayuda se limitará a cinco años) de las cajas de ahorro, ya que el Estado será accionista en las entidades ayudadas.

13. ¿Cómo se hará?

Las cajas de ahorros no cotizan, por lo que, para poder cambiar acciones por dinero y capitalizarse, deberán convertirse en bancos, o traspasar todo su dinero a bancos creados por ellas. De este modo, el Estado, a través del FROB, podrá entrar como accionista e inyectar dinero público.
Además de transformarse en bancos, las cajas tendrán que presentar un plan de viabilidad que contemple la futura entrada de inversores privados en sustitución del FROB.

14. ¿Es esto un rescate?

Sí. La medida garantiza, en principio, la supervivencia de todas las cajas, porque aquellas que no logren aumentar su ‘colchón’ serán intervenidas por el Estado, siempre y cuando se transformen en bancos.

15. ¿Por qué puede una caja convertirse en banco?

Porque así lo permite la reforma de la Ley de Cajas de Ahorros (LORCA), que aprobó el Gobierno en julio del año pasado.

16. ¿Era la única forma de capitalizarse?

No. La ley ya establecía la posibilidad de reforzar el capital mediante las llamadas cuotas participativas, parecidas a las acciones, pero sin derechos de voto. Esta modalidad, sin embargo, no ha tenido éxito.

17. ¿Cuándo perderán su condición de cajas?

Cuando vendan en Bolsa más de la mitad de sus acciones. A partir de entonces ya no podrán seguir denominándose «cajas», aunque podrán mantener sus siglas.

18. ¿Cómo les afectará?

Las cajas, en parte debido a su obra social y a carecer de ánimo de lucro, tienen una buena imagen entre los clientes. El cambio puede restarles tirón comercial.

19. ¿Disminuirán su obra social?

Es posible. La entrada de inversores privados, una vez finalizada la intervención estatal, afectará al reparto del beneficio y, por lo tanto, al dinero que se dedica a obras sociales: Los beneficios tendrán que distribuirse entre la obra social y los nuevos accionistas. Lo que vaya a parar a cada parte dependerá de la voluntad de los dirigentes y de la marcha económica de la entidad. De momento, en los bancos, la cantidad destinada a obra social ha ido cayendo de forma paralela a la caída de los beneficios desde que empezó la crisis.

20. ¿Cuánto gastan en obra social ahora?

Entre el 20% y el 25% de sus beneficios (la ley les marca un máximo del 50%). En 2009 las cajas destinaron a obras sociales 1.776 millones de euros, lo que, según la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), generó 1.425 millones de riqueza adicional. Estas obras suponen 33.600 empleos directos e indirectos.

21. ¿Cómo afectará la transformación al cliente?

Según los expertos, la conversión de cajas en bancos no implicará ninguna diferencia para el cliente, en lo que se refiere a sus cuentas y a su dinero. Los analistas descartan que se pueda poner en peligro el capital, ya que sólo se trata de un traspaso de activos.

En cuanto a las fusiones, y según explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los productos que el cliente tenga ya contratados (depósitos, cuentas, tarjetas, seguros…) mantienen sus condiciones contractuales iniciales, aunque en los contratos indefinidos, como el de una cuenta o una tarjeta, las entidades pueden modificar las comisiones e incluso incluir otras nuevas, siempre y cuando lo comuniquen con la suficiente antelación.

LA RADIOGRAFÍA DE LAS CAJAS ESPAÑOLAS

22. ¿Cómo se define una caja de ahorros?

Las cajas de ahorros son entidades de crédito plenas, con libertad para realizar operaciones financieras al igual que el resto de las entidades. Están constituidas como fundaciones de naturaleza privada sin ánimo de lucro. Hasta ahora, no poseían accionistas ni podían repartir dividendos.

23. ¿Cuál es su ámbito de acción?

En general, están especializadas en la canalización del ahorro popular y en la financiación de las familias y de las pequeñas y medianas empresas. Tienen una fuerte raíz local, con una densa red de oficinas de implantación fundamentalmente regional, aunque algunas de las cajas más importantes ya tienen presencia nacional e internacional relevante.

Las cajas mueven unos 1,2 billones de euros, tienen 56 millones de cuentas corrientes abiertas y controlan el 65% de las operaciones bancarias que se realizan en España. Además, tienen 25.033 oficinas, 10.000 más que los 155 bancos que hay en nuestro país.

24. ¿En qué se diferencia de un banco?

En los bancos los beneficios se reparten entre los distintos accionistas, en las cajas el beneficio se dedica a reserva o a obra social.

Asimismo, mientras que los bancos son sociedades anónimas, las cajas de ahorro tienen un carácter fundacional y se rigen por la ley de sociedades limitadas, por lo que en sus consejos de administración se sientan representantes gubernamentales y locales, en una proporción que fija cada gobierno autonómico.

El Banco de España ha abogado tradicionalmente por expulsar a autonomías, ayuntamientos y sindicatos de la gestión de las cajas.

25. ¿Cuantas cajas hay y cuáles son?

De 45 cajas de ahorros que había a principios del año pasado se ha pasado, según datos de la CECA, a cinco entidades fusionadas con el modelo SIP (Sistema Institucional de Protección) y doce entidades individuales.
Los SIP

  • Banco Financiero y de Ahorros, formado por Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Caja Canarias, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja.
  • Banco Base, formado por CAM, Cajastur, CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura.
  • Grupo Banco Mare Nostrum, formado por Caja Murcia, Caixa Penedés, Sa Nostra y Caja Granada.
  • Banca Cívica, formado por Caja Navarra, Caja Canarias, Caja de Burgos, Cajasol y Caja de Guadalajara.
  • Caja 3, formado por Caja Inmaculada, Caja Círculo y Caja Badajoz.

Las fusiones tradicionales (las cajas resultantes operan como una única entidad)

  • CatalunyaCaixa, resultado de la fusión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa.
  • Unnim Caixa, integrada por Caixa Sabadell, Caixa Terrasa y Caixa Manlleu.
  • NovaCaixaGalicia, formada por Caixa Galicia y Caixanova.
  • Caja España-Caja Duero, único caso de fusión en el que ambas cajas no se han integrado en una sola marca.

Absorciones (cajas pequeñas absorbidas por otras más grandes)

  • Caixa Girona, absorbida por La Caixa.
  • Caja Jaén, absorbida por Unicaja.
  • Caja Sur, absorbida por BBK, aunque, de momento, las oficinas de Caja Sur siguen operando bajo su actual marca.

Independientes

  • Aquellas en las que aún no ha habido ninguna reestructutación. Es el caso  de Ibercaja, la Kutxa o Caja Vital.

La presencia de políticos en las cajas

Las cajas españolas tienen en sus órganos de dirección ‑asambleas generales y consejos de administración- 6.065 consejeros. De estos, 2.087, el 34% del total, son cargos elegidos a dedo por los partidos políticos, entre los que figuran alcaldes, concejales, presidentes de diputación y altos cargos de los gobiernos regionales. De las diez principales cajas españolas, ocho están presididas por nombres de claro color político.

De los 21 miembros del consejo de administración del Banco Financiero y de Ahorros, 11 son políticos o ex políticos. Es el caso de su presidente Rodrigo Rato (vicepresidente económico del Gobierno del PP entre 1996 y 2004) y de su número dos, José Luis Olivas, ex presidente de la Comunidad Valenciana. También hay antiguos alcaldes (Ricardo Romero de Tejada, Antonio Tirado), concejales (Mercedes de la Merced), diputados (José Manuel Fernández Norniella, Jorge Gómez) y un ex ministro del PSOE, Virgilio Zapatero, así como un cargo público electo, el presidente de la Diputación de Ávila, Agustín González.

El siguiente SIP con más peso político es el de Banca Cívica. Más de la mitad de sus miembros no tiene un pasado público marcado, según señala el sindicato CC OO, pero en el consejo están, entre otros, la actual presidenta de la Diputación de Huelva, Petronila Guerrero (PSOE); alcaldes, como José Miguel Rodríguez, y concejales como Ángel Ibáñez.

En Banco Base, la mayor vinculación política es la de Modesto Crespo, ex concejal del PP. Felipe Fernández, director general de CajAstur, ocupó cargos en el Gobierno asturiano, al igual que Enrique Ambrosio (Caja Cantabria). Víctor Bravo, de Caja Extremadura, tuvo responsabilidades en el Servicio Extremeño de Salud. En Mare Nostrum, Antonio Jara, presidente de Caja Granada, fue alcalde de esta ciudad durante 12 años por el PSOE.

En el consejo de Caja Duero — Caja España, indica CC OO,  aparecen los presidentes de las Diputaciones de León, Isabel Carrasco, y Zamora, Fernando Martínez; diputados autonómicos como Ángeles Armisén (secretaria general del PP de Palencia), y alcaldes como Carlos Martín (Soria). En NovaCaixaGalicia está el presidente de la Diputación de La Coruña, Salvador Fernández; parlamentarias como Mar Barcón (PSOE), y varios  ediles del PP.

En Caja de Extremadura, nueve de sus 17 consejeros son o fueron cargos políticos (6 del PSOE y 3 del PP); en Caja de Badajoz, la presencia de los partidos es mayor, 11 de 17. El 64,7% de sus consejeros son o fueron responsables o candidatos en listas electorales (9 del PSOE y 2 del PP).

En los consejos de las cajas también hay sindicalistas (José Ricardo Martínez, secretario general de UGT-Madrid, en Caja Madrid, por ejemplo) y miembros de la patronal empresarial (el presidente de Caja Mediterráneo, Modesto Crespo, pertenece al Consejo de Acción Empresarial de la CEOE).

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